dimecres, 16 de gener del 2013

Secuencia didáctica sobre valores

Secuencias animales


En la primera secuencia didáctica que presento -Animales humanos- se plantea reflexionar, investigar y documentarse sobre situaciones injustas, maltratos y humillaciones que padecen los animales y se propone, como tarea final, la redacción en su nombre de una carta o escrito de denuncia y su envío a un medio de comunicación para dar a conocer estos hechos, concienciar a los lectores sobre el problema y pedir que se respeten los derechos de los animales.




Desde TRes Tizas

diumenge, 15 de juliol del 2012

Aulablogs12, #momentosemociones

Momentos de inspiración de Josu

El VII encuentro de Aulablogs en Peñaranda de Bracamonte, que comenzó con las palabras de Lourdes Barroso: ”No nos recortarán la ilusión”, demostró un año más que ilusión y amor por nuestra profesión tenemos a raudales y que el nuestro es un amor maduro a prueba de dificultades, que comparte maestría con humildad, y esta risueña e imaginativa puesta en común a  fin de curso, para recargar pilas y poder continuar con la ilusión renovada, es la prueba.
Este aulablogs12 estuvo marcado por las emociones: se habló mucho de ellas y se practicaron también mucho, quizá más que otros años (son tiempos difíciles para la educación también).



Estos son algunos de esos #momentosemociones:
Empezaron jugando (los suertud@s que disponían de la última tecnología).
Fernando Trujillo estuvo espléndido haciendo reflexionar-riendo (lo consigue).
Excelentes también, y perdón porque no los nombraré a tod@s:
Ángel Sáez, con la metáfora del instrumento musical para hablar de nuestra profesión ahora y siempre.
Carmen González contando el cuento de “matar la vaca” (como lo titulamos en twiter) para explicar la necesidad de mejorar y superarse.
Fran Iglesias recogiendo el premio Xekeirox para el proyecto Grimm, tan merecido, y el hijo de Carlos dándoselo, con @pvil cómplice en la distancia.
La mesa de novatos con jóvenes que aseguran el relevo pues son entusiastas, bien preparad@s ( y guap@s).
Esos profesionales de la educación que debaten de “ser profesor hoy” (pena que los sucesivos ministros de educación no nos consulten).
La presentación de los grupos de trabajo para el próximo año (deberes para el curso escolar).
Esos niños encantadores con @pepetic que intervienen con los adultos para explicar su proyecto.
Los talleres donde gente que sabe tanto comparte con alegría todo lo que a ellos les ha costado horas de formación y dedicación.
Geniales las extraescolares, esos momentos de conversación, de risas, de complicidad, de paseos, de buena comida, de contacto con el pueblo y la fundación que nos acoge.
Momentos sublimes con los profesores de música que temen por su futuro y que nos han demostrado su buen hacer y lo necesarios e importantes que son. Recordamos a los mineros que luchan caminando… la polka final.
Y MÁS, pero no sigo, que sé que mejores plumas que la mía  las redactarán…"Relevo" es una palabra que me encanta...
En " Soy Aulablog", por el momento encontraréis lo que ha escrito:
Joan,
Bloggeando,
Carlos,
Cristina,
Carmen,
Begoña
Isabel
 Maru
@pepetic

Muchas fotos de Josu Garro,
Victor Cuevas,
Ana Municio
algunas  mías
y el fotomaratón




Aconsejo escuchar los videos que grabó Ana  para el proyecto Encadenados. Hay que explicar que preguntas y respuestas son espontáneas y que no se dispone de tiempo de preparación. He escogido éste porque la respuesta de Isabel Ruiz conviene aprendérsela de memoria para el nuevo curso escolar. Yo me encuentro francamente cursi (si pudiera me borraría) y aquí "mi profe" no puede hacer nada para subir mi autoestima vocal...¡Qué horror!!!

Esta entrada va dedicada a Malén, Lu, mis compañeras del cole y tod@s l@s aulabloguer@s que no han podido asistir y cuya ausencia hemos notado.
El punto y final lo pone @Begoroldan


¡Feliz verano amig@s y compañer@s!!!

dijous, 17 de maig del 2012

La educación es bastante más que un problema

'Una siesta de doce años' es un  artículo de Carles Capdevila, periodista, que aparece publicado en el blog del iestrueba, en el primer trimestre, cuando ya se anunciaba un curso escolar en el que se continuaría con el  desprestigio de una  profesión, que tiene la mala costumbre de inculcar el esfuerzo y el trabajo, fomentar la creatividad y el espíritu crítico.Nos recuerda  algo que estos días, más que nunca, no hemos de olvidar: que padres y maestros  somos y hemos de seguir siendo cómplices en este empeño.
Dejo que hable el autor:  

"Educar debe de ser una cosa parecida a espabilar a los niños y frenar a los adolescentes. Justo lo contrario de lo que hacemos: no es extraño ver niños de cuatro años con cochecito y chupete hablando por el móvil, ni tampoco lo es ver algunos de catorce sin hora de volver a casa. Lo hemos llamado sobreprotección, pero es la desprotección más absoluta: el niño llega al insti sin haber ido a comprar una triste barra de pan, justo cuando un amigo ya se ha pasado a la coca. Sorprende que haya tanta literatura médica y psicopedagógica para afrontar el embarazo, el parto y el primer año de vida, y que exista un vacío que llega hasta los libros de socorro para padres de adolescentes, esos que lucen títulos tan sugerentes como Mi hijo me pega o Mi hijo se droga. Los niños de entre dos y doce años no tienen quien les escriba.
Desde que abandonan el pañal (¡ya era hora!) hasta que llegan las compresas (y que duren), desde que los desenganchas del chupete hasta que te hueles que se han enganchado al tabaco, los padres hacemos una cosa fantástica: descansamos. Reponemos fuerzas del estrés de haberlos parido y enseñado a andar y nos desentendemos hasta que toca irlos a buscar de madrugada a la disco. Ahora que al fin volvemos a poder dormir, y hasta que el miedo al accidente de moto nos vuelva a desvelar, hacemos una siesta educativa de diez o doce años.
Alguien se estremecerá pensando que este período es precisamente el momento clave para educarlos. Tranquilo, que por algo los llevamos a la escuela. Y si llegan inmaduros a primero de ESO que nadie sufra, allá los esperan los colegas de bachillerato que nos los sobreespabilarán en un curso y medio, máximo dos. Al modelo de padres que sobreprotege a los pequeños y abandona los adolescentes nadie los podrá acusar de haber fracasado educando a sus hijos. No lo han intentado siquiera. Los maestros hacen algo más que huelga o vacaciones, y la educación es bastante más que un problema. Pido perdón tres veces: por colocar en un título tres palabras tan cursis y pasadas de moda, por haberlo hecho para hablar de los maestros, y, sobre todo sobre todo, porque mi idea es -lo siento mucho- hablar bien de ellos. Sé que mi doble condición de padre y periodista, tan radical que sus siglas son PP, me invita a criticarlos por hacer demasiadas vacaciones (como padre) y me sugiere que hable de temas importantes, como la ley de educación (es lo mínimo que se le pide a un periodista esta semana).
Pero estoy harto de que la palabra más utilizada junto a escuela sea ‘fracaso’ y delante de educación acostumbre a aparecer siempre el concepto ‘problema’, y que ‘maestro’ suela compartir titular con ‘huelga’.
La escuela hace algo más que fracasar, los maestros hacen algo más que hacer huelga (y vacaciones) y la educación es bastante más que un problema. De hecho es la única solución, pero esto nos lo tenemos muy callado, por si acaso. Mi proceso, íntimo y personal, ha sido el siguiente: empecé siendo padre, a partir de mis hijos aprendí a querer el hecho educativo, el trabajo de criarlos, de encarrilarlos, y, mira por donde, ahora aprecio a los maestros, mis cómplices. ¿Cómo no he de querer a una gente que se dedica a educar a mis hijos? Por esto me duele que se hable mal por sistema de mis queridos maestros, que no son todos los que cobran por hacerlo, claro está, sino los que son, los que suman a la profesión las tres palabras del título, los que mientras muchos padres se los imaginan en una playa de Hawái están encerrados en alguna escuela de verano, haciendo formación, buscando herramientas nuevas, métodos más adecuados.
Os deseo que aprovechéis estos días para rearmaros moralmente. Porque hace falta mucha moral para ser maestro. Moral en el sentido de los valores y moral para afrontar el día a día sin sentir el aprecio y la confianza imprescindibles. Ni los de la sociedad en general, ni los de los padres que os transferimos las criaturas pero no la autoridad. ¿Os imagináis un país que dejara su material más sensible, las criaturas, en sus años más importantes, de los cero a los dieciséis, y con la misión más decisiva, formarlos, en manos de unas personas en quienes no confía? Las leyes pasan, y las pizarras dejan de ensuciarnos los dedos de tiza para convertirse en digitales. Pero la fuerza y la influencia de un buen maestro siempre marcará la diferencia: el que es capaz de colgar la mochila de un desaliento justificado junto a las mochilas de los alumnos y, ya liberado de peso, asume de buen humor que no será recordado por lo que le toca enseñar, sino por lo que aprenderán de él."

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